sábado, 16 de mayo de 2015

DESMONTANDO MITOS

  En la entrada de hoy, desde mujeres con habitación propia queremos presentaros una temática que se encuentra en la actualidad y que del mismo modo resulta objeto de debate en muchas ocasiones. Estamos hablado del feminismo y otras culturas. Para introducir el tema, os dejamos un vídeo de la sección "El conejo de Alicia" de la revista Píkara, que trata el tema de las mujeres en las diversas religiones.


  ¿Las mujeres religiosas son todas unas sumisas con el cerebro lavado por sus maridos machistas? ¿Es contradictorio ser feminista y religiosa? En este vídeo participativo reflexionamos sobre la posición de las mujeres en diferentes religiones.

  Así pues, en primer lugar, aludiremos a la heterogeneidad social y la pluralidad religiosa que encontramos en las sociedades árabes contemporáneas, puesto que ha dado lugar a ciertos enfoques basados en la consideración de las sociedades árabes como sociedades desmembradas, constituidas por grupos o sectas religiosas enfrentadas entre sí o por minorías con dificultades de relación. 

  Es quizá la situación de la mujer uno de los puntos en los que se ha tendido a encontrar mayor similitud en las sociedades árabes contemporáneas. Una imagen común a estas sociedades es que mantienen a las mujeres en un estado de sumisión y de falta de independencia respecto a los hombres. Sin embargo, las mujeres en el mundo árabe han venido participando de distintas maneras, con mayor o menor visibilidad, en la esfera política, hecho que no siempre se ha percibido y recogido por los científicos sociales. 

  Del mismo modo, se ha tendido a plantear una construcción de género en estas sociedades que partía de la existencia de una división complementaria de actividades según el sexo que conllevaba un estricto reparto espacial. Según éste, a las mujeres les atañían las responsabilidades domésticas y familiares del espacio privado, y a los hombres todas aquellas actividades que se desenvolvían en el espacio público. 

  ¿Que os parece todo ello? ¿Os apetece desmontar mitos? Si es así continuemos leyendo para encontrar respuesta a aquellas preguntas que nos invaden sobre el tema. 

  Algunos de los argumentos a los que se recurre para visibilizar a las mujeres a veces coinciden con los más utilizados para rechazar la participación social femenina: el hiyab. 


  ¿Cómo es posible que haya mujeres que militen en política y porten el baluarte del islam? ¿hasta qué punto, una mujer que vista el hiyab es una mujer políticamente libre? En cualquier caso, cabe apuntar que parte de estos estudios enuncian la necesidad de trabajar nuevamente el concepto «feminismo» dado que las propias sociedades árabes del mundo musulmán están señalando a través de su praxis cotidiana la existencia de discursos distintos y dispares respecto a cuál debe ser el lugar que las mujeres deben ocupar en la esfera social. 

  Sin embargo, este nuevo punto de vista ha creado debates acalorados entre las feministas de occidente, que como hemos visto, siguen viendo “a las mujeres árabes como esclavas serviles y obedientes, incapaces de tomar conciencia o de desarrollar ideas revolucionarlas propias que no sigan el dictado de las mujeres más liberadas del mundo.” (Mernissi, 2001).

 Respecto al papel concreto de la religión en la vida de las mujeres, y dentro del movimiento feminista, concretamente del feminismo islámico, cabe destacar lo que señala la feminista Valentine Moghadam (2005):
 “ Muchxs intelectuales cada vez están más a favor de esta separación entre la religión y la política, están a favor de la democratización. Utilizan un marco teológico del Islam que reivindica una separación entre el din y el dolat. Pero las feministas musulmanas aún no lo aceptan. Yo creo que es necesario para la expansión de los derechos civiles, políticos y económicos". 
El problema es que “a la mujer musulmana no se la ve como individuo sino como portadora de una cultura. Es una visión que niega la existencia de movimientos sociales de todo el mundo. Es una visión orientalista, que evoca lo exótico” (Nash, Mary 2004). 
  La mayoría de las mujeres marroquíes realizan gran cantidad de trabajos esenciales, pero a menudo no reconocidos, como tejer alfombras, montar collares, trenzar cuero y coser, además de trabajar en la agricultura, en la masiva administración burocrática, en la industria ligera y por supuesto en el sector de servicios, además de limpiar, cocinar y cuidar de los niños. 

  Sin lugar a dudas la colonización devaluó el trabajo de las mujeres todavía más que los sistemas patriarcales autóctonos: por un lado por la pérdida de prestigio del trabajo manual en general con la llegada de los conocimientos técnicos y en especial por la devaluación del trabajo doméstico dentro del mundo capitalista, que no lo considera como un trabajo productivo y ni siquiera lo incluye en los balances nacionales.


  Es más, en Mujeres con habitación propia nos gustaría generar una reflexión y debate en torno a la temática tratada a través de un testimonio real como es el de Fatima Mernissi. Esta es activista y feminista islámica a favor de los derechos de la mujer y la total emancipación de la misma. Con ello os dejamos sus palabras.

Cuando me encuentro con una feminista occidental que cree que le tengo que estar agradecida por mi propia evolución en el feminismo, no me preocupa tanto el futuro de la solidaridad internacional de las mujeres como la capacidad del feminismo occidental de crear movimientos sociales populares para lograr un cambio estructural en las capitales mundiales de su propio imperio industrial. Una mujer que se considera feminista, en vez de vanagloriarse de su superioridad con respecto a mujeres de otras culturas y por haber tomado conciencia de su situación, debería preguntarse si es capaz de compartir esto con las mujeres de otras clases sociales de su cultura. La solidaridad de las mujeres será global cuando se eliminen las barreras entre clases y culturas. (Fatima Mernissi)


  Ante ello, os animamos a que dejéis vuestra reflexiones y continuemos juntxs este debate que suscita tanto interés en la actualidad, de manera que os dejamos abierta la siguiente línea de debate.
¿El hijab como forma de dominación o como forma de crear la unión entre las mujeres islámicas?

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