sábado, 28 de marzo de 2015

“Mejor morir de pie que vivir arrodillado” (Emilio Zapata)

El post de hoy está dedicado a los luchadores y las luchadoras del movimiento Zapatista en México por ello, dejamos la siguiente fotografía que refleja su esfuerzo por un cambio.


Para ponernos en contexto comenzaremos comentando con un pequeño resumen sobre; ¿ En qué consiste el movimiento zapatista? y ¿ cómo surgió?
Surge en Enero de 1994 como un movimiento armado en defensa de los intereses de los indígenas luchando contra del gobierno de Carlos Salinas con la ocupación de varias ciudades rebelándose en el estado de Chiapas.
Con el paso de los años el enfoque y la estrategia de lucha de este movimiento ha cambiado, dejando de lado la vía armada comprometiéndose en impulsar cambios sociales y políticos por la vía pacífica.

Sus armas principales durante estos diez años han sido su palabra, su calidad moral, su capacidad de organización y su poder de convocatoria.
Para que quede más claro su lucha nos gustaría invitaros a visionar el siguiente documental donde se refleja los diversos puntos de vista de la ciudadanía mexicana.

  
Es de admirar la valentía de estxs luchadorxs a pesar de la situación en la que se encuentran, con los medios de comunicación y los movimientos políticos en su contra continúan luchando por su cultura y creencias despojándose de la necesidad por parte de los altos cargos de adoptar o imponer la cultura de Estados Unidos, olvidando la riqueza de la diversidad y la importancia de mantener la historia.
La lucha por defender la cultura o las tradiciones debe de conllevar también el respeto hacia los otros, no como se ha podido observar durante estos últimos meses con el surgimiento de movimientos extremos como es el caso de la Yihad en la que a través del miedo y la destrucción pretenden defender aquello en lo que creen. 
Como ya se ha comentado anteriormente, el movimiento zapatista ha dejado a un lado las armas para continuar su lucha con la palabra como necesidad de dar voz y participación de los indígenas en la vida social, respetando sus intereses y necesidades.  Es un claro ejemplo de valentía y un posible ejemplo a aplicar aquí en España como lucha en contra de la imposiciones y el manejo de los países pioneros de Europa y una posición en contra de la primacía de los intereses económicos por encima de los intereses humanos. 


Para finalizar nos gustaría dejarles el cuento titulado "Los zapatistas y las manzanas".

Dice Durito que la vida es como una manzana.
Y dice también que hay quienes la comen verde, quienes la comen podrida y quienes la comen madura.
Dice Durito que hay algunos/as, muy pocos, quienes pueden elegir cómo se comen las manzanas: si en un hermoso arreglo frutal, en puré, en uno de esos odiosos (para Durito) refrescos de manzana, en jugo, en pastel, en galletas, o en lo que dicte la gastronomía.
Dice Durito que los pueblos indios se ven obligados a comer la manzana podrida y que a los jóvenes les imponen la digestión de la manzana verde, que a los niños les prometen una hermosa manzana mientras se las envenenan con los gusanos de la mentira, y a las mujeres les dicen que les dan una manzana y sólo les dan media naranja,
Dice Durito que la vida es como una manzana. 
Y dice también que un zapatista, cuando está frente a una manzana, le saca filo a la madrugada y parte la manzana, con certero golpe, por la mitad.
Dice durito que el zapatista no intenta comerse la manzana, que ni siquiera se fija si la manzana está madura, o podrida, o verde.
Dice Durito que, abierto el corazón de la manzana, el zapatista toma con mucho cuidado las semillas, va y ara un pedazo de tierra y las siembra.
Después, dice Durito, el zapatista riega la matita con sus lágrimas y sangre, y vela el crecimiento.
Dice Durito que el zapatista sembró el manzano para que un día, cuando él no esté, alguien cualquiera pueda cortar una manzana madura y ser libre para decidir si se la come en un arreglo frutal, en puré, en jugo, en un pastel o en uno de esos odiosos (para Durito) refrescos de manzana.
Dice Durito que el problema de los zapatista es ése, sembrar las semillas y velar su crecimiento. Dice Durito que el problema de los demás seres humanos es luchar para ser libres de elegir cómo se comen la manzana que vendrá.
Dice Durito que ahí está la diferencia entre los zapatistas y el resto de los seres humanos: Donde todos ven una manzana, el zapatista ve una semilla, va y prepara la tierra, siembra la semilla, la cuida.
Fuera de eso, dice Durito, los zapatistas somos como cualquier hijo de vecina. Si acaso más feos, dice Durito, mientras de reojo mira como me quito el pasamontaña.

Entonces, ¿Qué manzana comes tú?





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